Su mirada se detuvo en mis labios,
mientras éstos transfiguraban los misterios de la humanidad. Curiosa me incliné
hacia él para descubrir la razón de ese rostro poseso por una intención
escondida y comprendí que la muerte se encontraba entre los dientes. Mi cuerpo
al instante se volvió un instrumento de cuerdas desnudando sinfonías en
espiral.
Quizás sólo sonrío porque me es
imposible ocultar el placer de la trova en mi carne, o cómo transcribe mis
deseos inconfesables en letras de terciopelo. O quizás sólo sonrío porque tiene
el descaro de inmiscuirse en los laberintos de mi mente y detener la vertiente de
mis secretos. Mi piel reconoce la suya, mas todo encuentro es distinto al embriagar
mis sentidos de la manera más perfecta. Es indescriptible como explora mis
formas y descubre nuevas fantasías. Con la astucia de mis caderas intento no revelar
al espíritu animal que invoco para escapar de la inminente conquista de su
juego. No obstante, lo dejo vencer en mi territorio, pues tuvo la valentía de
recorrer las sombras del alma con temeraria convicción.
Quizás sólo sonrío porque ha
descubierto que me seduce su mirada y es esta impronta, mensaje suficiente para
iniciar la próxima travesía en que la dulzura de su lengua conjure el enigma de
un nuevo ser.
VADE RETRO